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Aceptar la enfermedad de Alzheimer

20/10/2021

Aceptar la enfermedad de Alzheimer

Consejos para familiares y cuidadores

Ante la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer, la reacción inicial del entorno suele ser atribuir los “descuidos” u “olvidos” a procesos normales del envejecimiento.

Es cierto que cuando nos vamos haciendo mayores, ciertas capacidades se ven afectadas. Los propios cambios físicos o el hecho de dejar de realizar algunas actividades que nos exigían un esfuerzo mental influyen en nuestras capacidades cognitivas. Pero si los “olvidos” empiezan a ser recurrentes, debemos tomar medidas preventivas.

Cuando el entorno de una persona observa comportamientos fuera de lo habitual, es probable que la persona afectada lleve tiempo notando estos efectos. Es frecuente que el miedo o la vergüenza sean escollos a superar en la comunicación. Por este motivo es muy importante la observación de los hábitos, costumbres y actividades de las personas mayores, especialmente cuando viven solas o únicamente en compañía del cónyuge. Es importante estar atento ante las siguientes señales de alerta:

  • Olvidar el nombre de familiares o amigos cercanos.
  • Olvidar dónde se dejan los objetos.
  • Dejar tareas a medias, olvidando que estaban siendo realizadas.
  • Olvidar recuerdos significativos para la persona afectada.
  • Olvidar qué día es, el mes e incluso el año.
  • Mayor recurrencia de estos olvidos con el paso del tiempo.
  • Necesitar ayuda para realizar tareas aparentemente sencillas que solían hacer sin problemas.
  • Perderse o desorientarse en entornos bien conocidos.
  • Usar palabras poco comunes para referirse a objetos o conceptos bien conocidos.

En el momento en que acudimos al especialista y este nos comunica el diagnóstico, muchos familiares o cuidadores se plantean si es necesario explicar los detalles de la enfermedad a la persona diagnosticada. Para aceptar la enfermedad, es recomendable que la comunicación sea fluida, y aprender juntos para comprender sus consecuencias a corto, medio y largo plazo. También es recomendable establecer contacto con las asociaciones de enfermos y familiares. En ellas, podrás encontrar el soporte de personas que han experimentado la misma situación y te podrán orientar para aceptar lo antes posible la nueva realidad.

El proceso de aceptación en el cuidador

Una vez obtenido el diagnóstico, como familiar o cuidador se abren ante ti un mundo de dudas y preocupaciones. Pero saber cuál es la enfermedad que padece un miembro de la familia, es el punto de partida para comenzar un nuevo camino con objetivos claros a pesar de los retos complejos. Este es un primer paso indispensable para reducir los niveles de ansiedad y sobrecarga en el cuidador.

Si has estado atento a las señales de alerta de Alzheimer en tu familiar o ser querido y has actuado en consecuencia visitando a un especialista, es probable que hayas obtenido un diagnóstico precoz de la enfermedad. En tal caso, aunque el proceso de aceptación es igualmente duro y complejo, podrás beneficiarte de ciertas ventajas. La primera es que dispondrás de más tiempo para informarte i planificar los próximos años, y contactar con amigos, especialistas y gente con la que puedas contar para solicitar ayuda puntual. Además, tu ser querido probablemente se encontrará aún en las fases iniciales de la enfermedad, hecho que os permitirá disfrutar de muchos momentos que podréis vivir intensamente.

El proceso de aceptación en la persona con Alzheimer

Si la persona diagnosticada con Alzheimer se encuentra en las fases iniciales de la enfermedad, es probable que sea plenamente consciente de lo que el diagnóstico supone. Su reacción inicial es variable en función de aspectos como el carácter, la actitud o las experiencias y vivencias previas. Pero es muy común que una de las primeras reacciones sea la negación.

Con el tiempo, en fases iniciales, la persona con Alzheimer se irá dando cuenta de su pérdida de capacidades cognitivas. También irá asumiendo que pronto necesitará ayuda para realizar tareas que hasta ahora podía hacer sin problemas. Esto forma parte del proceso de aceptación, y aunque es doloroso y difícilmente asumible para la persona enferma, adquirir consciencia de ello le hará también más consciente de las posibilidades que aún tiene y de la importancia de aprovecharlas. La comunicación es muy importante en este momento, ya que estamos a tiempo de determinar aspectos que serán clave en los próximos años, como las personas que queremos visitar antes de que la enfermedad avance hacia etapas más severas.

El desarrollo de la enfermedad suele ser lento y progresivo. Pero ante la aparición de síntomas neuropsiquiátricos como los delirios o las alucinaciones, las posibilidades de hacer comprender la situación a la persona enferma se reducen drásticamente. En este punto del proceso, como cuidadores debemos plantearnos expectativas reales, para evitar los habituales sentimientos de culpa.

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