Konexión Alzheimer
Alimentación por sonda en personas con Alzheimer, ¿sí o no?

06/02/2023

Alimentación por sonda en personas con Alzheimer, ¿sí o no?

Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, que cuanto más avanza, más afecta a ciertas funciones de la persona que la padece. En las últimas fases de la enfermedad, cuando el paciente ha perdido capacidades básicas como el habla o incluso presenta algunos problemas físicos que le impiden masticar o tragar correctamente, la alimentación puede ser un problema.

Por este motivo, se podría pensar que la alimentación mediante sondas es una alternativa viable para evitar la desnutrición o para ayudar en pacientes con disfagia o problemas de deglución característicos en fases avanzadas de la enfermedad, y otros problemas asociados como las infecciones de vías respiratorias. Hoy hablaremos sobre la alimentación por sonda en personas con Alzheimer, sobre si es correcto o no, y sobre los casos y situaciones en los que puede ser una buena o mala decisión.

La alimentación en fases avanzadas de Alzheimer

A medida que la enfermedad avanza, el deterioro cognitivo de la persona con Alzheimer es más grave y notorio, y suele ir acompañado también de deterioro físico y de la pérdida de ciertas capacidades como el control voluntario de la deglución. Ante estos casos, las comidas pueden ser momentos complejos que requieren de ciertos preparativos y cuidados para evitar complicaciones derivadas de estos problemas, como puede ser el ahogamiento, o

Mª Carmen Algarra Lucas, colaboradora de Konexion Alzheimer y enfermera especializada en neurología, nos ofrece algunos consejos referentes a la alimentación en personas con Alzheimer, también en fases avanzadas de la enfermedad:

  • Triturar los alimentos
  • No dar frutas con semillas
  • Espesar los líquidos mediante espesantes
  • Comer de preferencia  alimentos fríos que faciliten la deglución
  • Ayudar a tragar poniendo la mano en la garganta suavemente
  • Flexionarle la cabeza hacia adelante para evitar el atragantamiento
  • Comer sentado en una posición de 90º

¿Debemos utilizar sondas de alimentación?

Existen casos complejos en los que, debido a lo avanzado del deterioro de la persona con Alzheimer, las recomendaciones anteriores no sean suficientes para alimentarse correctamente, o se pretenda facilitar la ingesta mediante otras técnicas.

Si se considera que el paciente puede sufrir riesgo por malnutrición, o la ingesta directamente es nula, es cuando se puede pensar que recurrir a la alimentación mediante una sonda puede ser una solución viable. Sin embargo, esta es una decisión que, de acuerdo con lo que dice la Sociedad Española de Geriatría y Gerontologíadebería realizarse de forma consensuada entre los familiares y/o el tutor legal del paciente y el personal sanitario responsable de sus cuidados, valorando todos los aspectos mencionados”.

En una nota de prensa publicada en 2019, esta sociedad médica hace referencia a que varias guías de práctica clínica desaconsejan el uso de las sondas para alimentar a personas con Alzheimer con problemas de deglución. Destacan que la prioridad en los cuidados básicos es asegurar el confort, el control del dolor, la alimentación por vía natural, y el apoyo psicológico y espiritual de paciente y su entorno.

El consenso apunta a continuar con la alimentación de forma natural, de la mano del cuidador, mediante las recomendaciones que hemos visto anteriormente, siempre y cuando sea posible. Y esto es debido a que no se han encontrado beneficios en cuanto a la mejora de calidad de vida, o de la esperanza de vida de la persona con Alzheimer al ser alimentada mediante una sonda.

También conviene comentar, como apunta la SEGG en su comunicado, que, si se llega al caso de necesitar una sonda, no es una decisión que deba ser definitiva, sino que responde a unas necesidades puntuales que pueden ser reevaluadas.

La demencia avanzada puede ser considerada una enfermedad terminal, y por lo tanto, el bienestar y la calidad de vida de las personas con Alzheimer son el principal objetivo de los cuidados, independientemente de la fase de la enfermedad en la que se encuentre, pero sobre todo en estas últimas etapas.

Con este objetivo en mente, siempre será más adecuado continuar con la alimentación de forma habitual, siendo conscientes del reto que supone en ocasiones, o de las dificultades que pueden surgir, en lugar de utilizar sondas que puedan ser molestas, o que causen malestar y empeoren su calidad de vida. En cualquier caso, cada caso debería evaluarse de forma independiente entre los profesionales médicos y el entorno de la persona con Alzheimer, y decidir lo que se considere más apropiado.

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