Konexión Alzheimer
Beneficios a corto y largo plazo de hacer ejercicio en personas con Alzheimer

14/09/2023

Beneficios a corto y largo plazo de hacer ejercicio en personas con Alzheimer

Hábitos saludables

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa cuya progresión puede verse afectada por nuestro estilo de vida. Esto significa que mantener estilos de vida saludables, que incluyan una alimentación equilibrada y variada, y la realización de actividad física de forma frecuente, pueden ayudarnos a retrasar algunos síntomas y de la enfermedad.

Mantenernos activos siempre es recomendable, y los beneficios de la actividad física están sobradamente probados y recomendados por la comunidad científica, ya sea en jóvenes o en adultos mayores. Las personas con Alzheimer también pueden beneficiarse de las ventajas de mantenerse activas, y por eso hoy nos gustaría hablar sobre el impacto que la actividad física puede tener en nuestra vida, a corto y largo plazo.

Beneficios a corto plazo

A pesar de que llevar un estilo de vida saludable es una carrera de fondo en la que debemos ser constantes, hacer deporte o alguna actividad física con cierta frecuencia nos permite disfrutar de algunos beneficios al poco tiempo de haber empezado a hacerlo:

  • Mejorar el estado de ánimo gracias a la liberación de endorfinas, también conocidas como la hormona de la felicidad.
  • Ayuda a prevenir problemas de salud mental, como la ansiedad o la depresión.
  • Relacionado con los puntos anteriores, la actividad física ayuda a reducir los episodios de agitación o comportamientos disruptivos, al liberar tensión y energía acumulada.
  • Contribuye a dormir mejor. El ejercicio regular previene algunos trastornos del sueño, y ayuda a promover patrones de sueño más saludables. Esto también tiene un impacto positivo en la calidad de vida del paciente cuando está despierto, ya que está menos irritable y más descansado y concentrado.
  • Mejora la salud cardiovascular. Uno de los principales beneficios de la actividad física es la mejora en la salud cardiovascular, una de las principales causas de muerte en el mundo, y que está relacionada con el empeoramiento de la salud a nivel general.

Además, dependiendo del tipo de actividad o ejercicio que hagamos, también podemos trabajar la estimulación cognitiva. Por ejemplo, mediante el baile, en el que hay que recordar los pasos a realizar y adaptarse a la pareja de baile.

Beneficios a largo plazo

Por si los beneficios descritos anteriormente no fueran suficiente motivo para empezar a tener hábitos más saludables y menos sedentarios, a largo plazo también obtendremos ciertas ventajas. Estas son algunas de ellas:

  • Mejora aspectos psicomotrices como la movilidad y el equilibrio. Las caídas en personas de edad avanzada pueden ser incapacitantes debido al tiempo de recuperación, y en personas con Alzheimer pueden agravar la situación limitando su movimiento y las actividades que puede realizar. Mejorar la movilidad, la musculatura y el equilibrio, puede ayudarnos a prevenir las caídas.
  • Contribuye a conservar la función cognitiva. Retrasar el deterioro cognitivo es una parte fundamental del tratamiento del Alzheimer, ya sea mediante terapia farmacológica o no farmacológica. El ejercicio físico contribuye a preservar la función cognitiva, gracias a la liberación de sustancias neuroprotectoras que aumentan la supervivencia de las neuronas.
  • Mejora de la salud en general. La actividad física nos permite conservar un mejor estado de salud a nivel general, incluyendo aspectos físicos y psicológicos que son muy importantes en personas de edad avanzada. Además, siempre que se realice de acuerdo a las posibilidades del paciente, el ejercicio físico no tiene efectos secundarios que puedan ser dañinos.
  • Contribuye a una mayor independencia. Mantenerse en forma permite que la persona con Alzheimer goce de mayor independencia a la hora de realizar ciertas tareas y actividades, siempre y cuando la situación y su estado lo permitan. Una persona físicamente activa no verá tan reducida su movilidad, ni sus capacidades funcionales.

Sin duda, el ejercicio físico es un aliado importante, ya no solo como parte del tratamiento no farmacológico para personas con Alzheimer, sino para cualquier persona independientemente de su condición. Hay muchas alternativas, tanto al aire libre como en recintos cerrados, y muchas de ellas son incluso gratuitas y solo requerirán de cierta ayuda o supervisión si es necesario.

En Konexion Alzheimer somos conscientes de la importancia de la actividad física para las personas que sufren la enfermedad, y en nuestra sección de ejercicio físico, la Dra. Itziar Palmí Cortes propone algunos ejercicios y recomendaciones para poder mantenernos saludables y beneficiarnos de estas actividades.

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