La actividad física diaria, o con cierta frecuencia, tiene grandes beneficios para aquellas personas que la realizan. Existe una gran variedad de actividades que podemos llevar a cabo, y unque podamos tener alguna complicación física que dificulte o impida hacer algún tipo de deporte o ejercicio, es probable que encontremos alguno que se adapte a nuestro estado o condición.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que tiene una alta prevalencia en personas de edad avanzada. Debido a esto, la actividad física que pueden realizar puede ser bastante limitada, pero es importante que, en la medida de lo posible, se mantengan todo lo activas que puedan ya que proporciona beneficios muy interesantes.

A pesar de que todavía no existe una cura para el Alzheimer, la actividad física se ha demostrado eficaz para mejorar algunos aspectos que pueden afectar a la calidad de vida de las personas con Alzheimer.

Por eso, hoy nos gustaría hablar de los beneficios de una de las acciones más comunes que hacemos en nuestro día a día y que, aunque no lo parezca, puede ser de gran ayuda.

Caminar ayuda contra la demencia

Los beneficios de caminar son de sobra conocidos. Hacerlo con la frecuencia y el ritmo adecuado (que por supuesto tendrá que adaptarse a cada persona), y solo por hacer un repaso rápido, encontramos los siguientes:

• Mejora la salud cardiovascular y pulmonar
• Reduce el riesgo de infarto o problemas cardíacos
• Ayuda a mejorar el equilibrio
• Mejora el sistema musculoesquelético (con huesos más fuertes y músculos más resistentes)
• Ayuda a mantener un peso adecuado
• Ayuda a prevenir la aparición de enfermedades como la diabetes tipo 2 o la hipertensión

Y por si todo esto no fuera suficiente, un estudio de cohortes publicado en 2022 en la revista JAMA Neurology, en el que se tomaron como referencia los datos obtenidos en más de 78.000 adultos mayores de Reino Unido, observó que aquellas personas que caminaban algo menos de los 10.000 pasos diarios que se suelen recomendar de forma general, reducían en un 50% la probabilidad de desarrollar demencia.

Estos datos, junto con los obtenidos en otras investigaciones, destacan la importancia de la actividad física para ayudar a mantener un cerebro sano.

Beneficios de caminar para las personas con Alzheimer

Si nos ceñimos a los beneficios que puede aportar el salir a caminar o dar un paseo para una persona con Alzheimer, también encontramos algunos muy interesantes y que también van más allá de lo meramente físico.

Como siempre, aquello que podamos hacer o no, dependerá mucho de cada caso, ya que cada persona con Alzheimer es diferente y cada caso puede(y debe) ser tratado de forma individual y personalizada. En fases avanzadas de la enfermedad, lo habitual es que encontremos limitaciones físicas que impidan salir a caminar, y las tareas para estimular al paciente estén enfocadas en otro tipo de actividades.

Sin embargo, si nos encontramos en fases de la enfermedad en las que la movilidad no se haya visto afectada, salir a caminar puede tener efectos positivos relacionados con el deterioro cognitivo:

• Salir al exterior e interactuar con el entorno ayuda a reducir el estrés y la agitación. Evitar que la persona con Alzheimer se aburra, o pase demasiado tiempo sin hacer nada, es positivo y mejora su estado de ánimo.
• Pasear puede contribuir a la interacción social al encontrarnos con otras personas como amigos, conocidos, familiares, o simplemente interactuando con los demás al ir a hacer la compra u otro tipo de recado. Esto también reduce el aislamiento social al que muchas personas de edad avanzada o con Alzheimer pueden sentir.
• Ayuda a preservar las habilidades psicomotrices, repercutiendo de forma positiva en su autonomía e independencia, y por lo tanto en su calidad de vida.
• Pasear puede estimular cognitivamente a la persona con Alzheimer, ya sea trabajando aspectos como la memoria al ir a sitios familiares, o las capacidades sensoriales al descubrir nuevos lugares o recibir diferentes estímulos que puedan mejorar también su estado de ánimo.

Es importante tener en cuenta el estado de la persona con Alzheimer, porque eso puede definir el tipo de actividad a realizar, así como el rato que podemos dedicar a hacerla, o el grado de autonomía que podamos darle.

Consultar con un profesional de la salud si es conveniente o no hacer este tipo de actividades, será importante para poder hacerlo con el menor riesgo posible, y siempre teniendo en cuenta las necesidades y condiciones de la persona con Alzheimer.

Si quieres continuar trabajando la estimulación cognitiva, en Konexion Alzheimer tenemos una sección de materiales descargables donde podrás encontrar ejercicios adaptados a las diferentes fases de la enfermedad, así como otros materiales que pueden ser de utilidad.