La enfermedad de Alzheimer supone un gran desgaste para el entorno de la persona que la padece. El esfuerzo que han de realizar el cónyuge, los hijos o quien sea el principal cuidador, es agotador física y psicológicamente. De ahí que sea de gran importancia disponer de una red de apoyo con quien repartir ciertas tareas en la medida de lo posible. En este artículo te damos algunos consejos para crear tu propia red de apoyo y soporte.

En varias ocasiones hemos hablado en este blog del Síndrome del cuidador y cómo prevenirlo. Como solemos decir, la calidad de vida de la persona con Alzheimer depende en gran medida de su cuidador o cuidadores. Por este motivo, es de gran importancia que la persona que asume el mayor peso en el cuidado del enfermo, también se cuide y sepa pedir ayuda. 

Si como cuidador, experimentas varias de las siguientes situaciones, pide ayuda a familiares, amigos o a las asociaciones de familiares (AFA):

• Problemas para conciliar el sueño
• Cansancio permanente
• Estado de ánimo irritable o hipersensible
• Falta de motivación por las propias aficiones y aislamiento social.
• Fatiga física manifiesta en contracturas musculares persistentes.
• Consumo de ansiolíticos y/o antidepresivos
• Ansiedad crónica.

Alimentarse bien, mantener unos hábitos saludables de actividad física adaptados a tus necesidades y pensar en positivo, son algunos de los consejos para aumentar tu bienestar. Sabemos que es fácil decirlo, aunque las exigencias del día a día suelen complicar cualquier buen propósito. En el artículo 10 hábitos para aumentar el bienestar del cuidador, te damos algunas pautas para que logres sentirte con más fuerzas y ánimos. Pero ya te adelantamos algo, para lograr un mayor bienestar, es imprescindible contar con la ayuda de las personas de tu entorno.

Consejos para crear o mejorar tu red de apoyo

Todas las personas tenemos a nuestro alrededor gente que estaría dispuesta a echarnos una mano. A veces únicamente hace falta pedírselo para que se muestren encantadas de ayudarte. Familiares directos, amigos de la persona con Alzheimer, amigos del cuidador e incluso vecinos y conocidos.

Haz un listado con las personas dispuestas a ayudarte

A la gente le gusta ayudar a los demás, pues es una forma de sentirse a gusto con uno mismo. Pero raramente se ofrecerán voluntarios si desconocen que necesitas ayuda. El primer paso (y a veces el más difícil), es reconocer que te encuentras en una situación complicada que supera tus posibilidades. No hay que sentirse mal por ello, pues el Alzheimer es una enfermedad que provoca situaciones muy duras para los seres queridos de las personas que la sufren.

Así que nuestro primer y más valioso consejo es el siguiente: 

Atrévete a proclamar a los cuatro vientos que necesitas ayuda

A partir de ahí, es probable que observes con entusiasmo que la reacción de tu entorno es muy positiva. Apunta en un listado aquellas personas que suelen ayudarte, aquellas a quien se lo has pedido y aquellas que te han manifestado la intención de hacerlo.

Haz un listado de tus necesidades

Como cuidador, seguro que sabes que cualquier ayuda es buena; Una visita de quince minutos te puede proporcionar ese momento de descanso y desconexión que tanto necesitas. Que te acerquen la compra a casa puede ser un gran alivio y suponer una gran mejoría en tu planificación. Y que te traigan de vez en cuando comida preparada para ti o para la persona a tu cargo es un pequeño tesoro. 

Hay muchas formas distintas de ayudar, y para que la gente ya predispuesta a hacerlo colabore, lo mejor es proponerles una o distintas opciones. Apunta en un papel tus necesidades, puedes clasificarlas, por ejemplo, de la siguiente manera:

• Tareas domésticas: Poner lavadoras, barrer, cocinar, etc.
• Tareas fuera del hogar: Hacer la compra, trámites, etc.
• Actividades y cuidados de la persona con Alzheimer: Salir a dar un breve paseo, realizar actividades de estimulación cognitiva en casa, tratar de dialogar con ella o hacerle rememorar épocas pasadas, etc.
• Necesidades personales: Tiempo para descansar, visitar a un amigo, salir a pasear, etc.

Una vez tengas definidas tus necesidades, trata de asignar la persona adecuada a cada una de ellas. Es recomendable que tengas a mano una agenda donde anotar las posibles visitas, o los días en que te han confirmado que, por ejemplo, te traerán algo de comida o harán la compra por ti.

Agradece el apoyo recibido

Es importante mostrar abiertamente cuánto te ayuda cada pequeño gesto. A la gente que se involucra le gusta que les reconozcan sus actos. De esta forma el vínculo que se crea se consolida y se mantiene en el tiempo. Es muy aconsejable dar las gracias.

Busca soporte y apoyo en las asociaciones

Las asociaciones de familiares de personas con Alzheimer, conocidas como AFA, pueden ayudarte de varias formas. Cada una de ellas se organiza y ofrece distintos servicios, pero muchas de ellas cuentan con especialistas en soporte psicológico o asesoramiento en ciertos trámites, por mencionar algunos de ellos. 

Hay muchísimas asociaciones repartidas por todo el territorio español. En nuestro mapa de Asociaciones, las puedes buscar por comunidades para encontrar la que quede más cerca de tu domicilio.

Esperamos que te haya sido de utilidad el artículo. Y recuerda que si tienes a tu cargo una persona con Alzheimer, no estás sola. Trata de repartir el peso de la responsabilidad con las personas de tu entorno.