Las visitas al médico, especialmente en personas mayores o que padecen alguna condición, pueden ser frecuentes. En el caso de las personas con Alzheimer, las visitas pueden tener lugar tanto para llevar a cabo alguna revisión, como por otro motivo.

En función de lo avanzada que esté la enfermedad, ciertos desplazamientos o actividades, pueden ser más o menos complejos. Aunque prever ciertas situaciones es complicado, planificar las visitas con antelación, y organizar todo lo necesario con tiempo, puede ayudar a que todo sea más sencillo.

En este artículo nos gustaría tratar un aspecto importante, que en algunos casos puede ser desafiante: las visitas médicas y cómo podemos prepararlas para minimizar su impacto y aprovechar al máximo el tiempo en consulta.

Visitas al médico, ¿qué debemos preparar?

Las visitas al médico o acudir a un hospital no suele ser una situación fácil ni disfrutable en muchos casos. Las personas con Alzheimer, especialmente si se encuentran en etapas más avanzadas de la enfermedad, pueden presentar alguna complicación en el momento de realizar desplazamientos o actividades en las que no se encuentren especialmente cómodos.

Como cada visita puede ser por un motivo diferente o por situaciones particulares, a continuación veremos algunas recomendaciones generales que pueden ser de utilidad:

Antes de la cita:

Reúne toda la información necesaria o que pueda ser de interés particular para la visita:

• Lista de medicamentos actuales, incluyendo dosis y frecuencia.
• Registro de los últimos síntomas y cambios en el comportamiento.
• Preguntas o inquietudes que tengas sobre el paciente.
• Cualquier documento médico relevante, como informes de pruebas o resultados de laboratorio.

Informa al médico sobre la enfermedad de Alzheimer, de su ser querido y sobre la fase en la que se encuentra. Puede que, sabiendo esta información, en consulta puedan facilitar la labor o disponer de personal especializado si fuera necesario.

Pregunta si hay algo que puedas hacer para preparar la cita, como completar formularios o llevar registros específicos, para que el tiempo efectivo sea más corto y no sea necesario perder tiempo con papeleo o burocracia.

Habla con la persona con Alzheimer y ayúdala a prepararse. En algunas ocasiones, en Konexion Alzheimer, hemos hecho hincapié en la importancia de la comunicación. Mientras el paciente sea receptivo y sea capaz de comprender aquello que le decimos, siempre será mejor explicarle la situación y aquello que vamos a hacer.

Durante la cita:

Podemos planificar la consulta para asegurarnos que todo vaya más o menos según lo previsto, y tomar ciertas precauciones que harán que sea todo más sencillo y que podamos obtener la información que necesitamos.

Lleva a un acompañante: Si es posible, lleva a un familiar o amigo a la cita para que le ayude a tomar notas y recordar información, o por si fuera necesario estar más o menos pendiente de la persona con Alzheimer.

Sé un “defensor activo”: Asegúrate de que aquello que es importante y necesario para la persona con Alzheimer, es transmitido de forma correcta y el profesional médico lo ha entendido para que pueda proporcionarte información específica y ajustada a cada caso.

No temas hacer preguntas: Ante cualquier duda, aprovecha la visita y resuélvela in situ. Llevarlas preparadas puede ayudarte a que no olvides aquellas que son especialmente relevantes.

Toma notas si lo consideras necesario: Los cuidados suponen un estrés importante, llegando a causar complicaciones en el cuidador a nivel físico y mental. Si consideras oportuno tomar notas para no olvidar la información que el médico está proporcionando, hazlo. No podemos acordarnos de todo.

Después de la cita:

Después de la visita, es momento de recopilar información y aplicarla de forma correcta en los casos en los que hayamos recibido alguna pauta de tratamiento o consejo concreto.

Revisa la información: Revisa que todos los datos o información que nos hayan dado sean correctos, y que no nos hayamos dejado nada.

Programa las citas de seguimiento: Si fuera necesario, aprovecha para dejar anotadas y cerradas las próximas citas de seguimiento.

Preocúpate por la experiencia de la persona con Alzheimer: Averigua si se ha sentido bien, si ha pasado un mal rato, o si durante el desplazamiento o visita ha habido alguna situación que le haya incomodado o disgustado. Es importante saber cómo se ha sentido para evitar que vuelva a ocurrir algo que le haya hecho sentir mal.

Estas recomendaciones básicas pueden facilitarnos la labor, en caso de visita médica con una persona con Alzheimer. Como hemos comentado, dependerá mucho de la actitud, el estado de ánimo, y de la fase en la que se encuentre, incluso es probable que de una visita a otra la cosa cambie bastante.

Lo principal, como es habitual, es la calidad de vida de la persona con Alzheimer, y que esté bien en todo momento.