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Como hacer frente a los golpes de calor en personas con Alzheimer

13/07/2023

Como hacer frente a los golpes de calor en personas con Alzheimer

Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer, a medida que avanza, afecta con más severidad a las funciones cognitivas de la persona que la padece, llegando incluso a afectar a su movilidad, higiene, o a su capacidad de entenderse y comunicarse con otras personas y su percepción de aquello que les rodea.

Los veranos son cada año más calurosos, y con este aumento de las temperaturas, también aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor. En el caso de las personas con Alzheimer, pueden ser más propensas a padecer este tipo de situaciones por diversas razones que veremos a continuación, por lo que es importante saber los síntomas y cómo podemos prevenirlos, y cómo actuar en caso de sufrir uno.

¿Qué es un golpe de calor y por qué afecta más a las personas con Alzheimer?

Un golpe de calor, que es como se conoce de forma común a la hipertermia o a la insolación, es una situación que se genera tras una larga exposición a altas temperaturas que afecta a la capacidad de enfriamiento de nuestro cuerpo, que no consigue bajarla. Si la temperatura corporal supera los 40º, y no se trata rápidamente, puede afectar a órganos vitales como el cerebro, el corazón o los riñones, llegando a causar daño irreversible e incluso la muerte.

Un golpe de calor puede presentar los siguientes síntomas:

  • Temperatura corporal elevada superior a los 40º.
  • Sudoración excesiva o piel seca y muy caliente.
  • Alteración en nuestra conducta, como agitación, confusión o balbuceo.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Pulso y respiración acelerada.
  • Dolores de cabeza y mareos.

En el caso de las personas con Alzheimer, como hemos comentado anteriormente, pueden tener dificultades tanto para expresarse, como para percibir situaciones concretas de forma correcta. Si tienen mucho calor, o no se encuentran bien, puede que no sean capaces de expresarlo o que no lo perciban como un riesgo.

Además, algunos medicamentos o incluso la propia enfermedad, pueden afectar a la regulación de la temperatura, haciendo que sea más difícil que se adapten a cambios térmicos. La hidratación, que es vital para hacer frente a las altas temperaturas, también puede ser un problema si no son capaces de hacernos saber que tienen sed y no estamos pendientes.

Cómo prevenir los golpes de calor

Para prevenir los golpes de calor, podemos seguir unas recomendaciones generales que también son aplicables a las personas con Alzheimer. Es probable que en algunos casos tengamos que adaptarlas un poco, debido a lo comentado anteriormente sobre la diferencia a la hora de percibir ciertas situaciones, o que no puedan expresar con facilidad alguna necesidad:

  • Evitar la exposición al sol si hace mucho calor. En las horas de más calor, no es conveniente estar expuesto al sol de forma prolongada.
  • Escoger la ropa adecuada. Si hace calor, es conveniente escoger ropa que permita transpirar bien y que sea ligera. Si vamos a estar al sol, podemos llevar un gorro o sombrero para proteger la cabeza.
  • La hidratación es crucial. Aunque no lo pida, hemos de asegurarnos de que siempre está correctamente hidratado. Podemos poner recordatorios cada media hora y ofrecer agua, y así prevenimos también en caso de que no nos la pida.
  • Alimentos frescos y ricos en agua. La alimentación es uno de los aspectos que debemos tener en cuenta en las personas con Alzheimer, pero en días muy calurosos podemos escoger alimentos que sean frescos y ricos en agua que nos ayuden a hidratar y a bajar la temperatura corporal.
  • Controla posibles signos de malestar. Si la persona con Alzheimer tiene problemas o dificultades para expresarse, hemos de estar atentos a posibles signos que indiquen que no está a gusto o que siente malestar, ya que podría tener calor o no encontrarse bien.
  • Organiza actividades en interiores. Si hace mucho calor, es mejor protegerse del sol en las horas en las que brilla con más fuerza. Organizar actividades en lugares cerrados y frescos es una buena alternativa para evitar problemas causados por el calor.

En cualquier caso, si tenemos dudas sobre cómo actuar en algún caso o si el estado de la enfermedad o la medicación puede suponer un problema añadido a las altas temperaturas, lo más recomendable es consultar con un profesional médico para que nos dé las instrucciones adecuadas.

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