El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa cuyo avance supone un reto y una constante adaptación, tanto por parte de la persona que la sufre, como por parte de su entorno más cercano y de las personas que colaboren en sus cuidados.

En Konexion Alzheimer hemos hablado anteriormente sobre las fases de la enfermedad, y sobre sus diferentes características y su impacto. También hemos destacado anteriormente la importancia de la detección temprana para poder planificar los siguientes pasos, e iniciar el tratamiento para retrasar el deterioro cognitivo todo lo posible.

Es en las primeras fases de la enfermedad donde el paciente todavía es capaz de valerse por sí mismo, y donde puede participar en las decisiones sobre su futuro. Y en estas primeras fases queremos fijarnos en nuestro artículo, para hacer hincapié en algunos aspectos que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente y de su entorno.

Calidad de vida en las primeras fases de Alzheimer

Las primeras fases del Alzheimer, una vez se ha realizado el diagnóstico de forma correcta, no suponen un impedimento para que el paciente pueda ser independiente y lleve una vida como la de muchas otras personas, de forma general.

Algunos de los síntomas que se pueden experimentar son olvidos puntuales relacionados con algunas fechas, nombres, o tareas, o con la ubicación de ciertos objetos o estancias, que no suelen suponer un problema grave. En esta etapa se continúa trabajando, conduciendo, o realizando tareas cotidianas sin mayor complicación.

Sin embargo, además del impacto psicológico que el diagnóstico de una enfermedad como el Alzheimer puede suponer, en estas etapas conviene comenzar a trabajar algunos aspectos que pueden mejorar su calidad de vida presente y futura, en varios aspectos.

Planifica

En general. Planifica tu futuro, planifica algunos eventos y situaciones a corto plazo, actividades, etc. Durante la primera etapa, algunos de los síntomas están relacionados con pequeños olvidos, y llevar una mejor planificación puede ser de utilidad para evitarlos. 

Dedicar tiempo a planificar ciertos aspectos de cara a nuestro futuro también es importante, y es conveniente hacerlo cuanto antes para dedicarle el tiempo necesario sin agobios ni prisas.

Realiza actividades que importen

Mantenerse activo, disfrutar de las aficiones, de la familia y amigos, y de todo aquello que nos gusta y nos hace felices, es lo mejor que podemos hacer. Esto nos permite mantenernos positivos y entretenidos, alejando los pensamientos negativos que pueden acudir con cierta frecuencia ante el desconocimiento a lo que puede ocurrir más adelante.

Por supuesto, la actividad física, acompañada de una dieta saludable, y siempre que un profesional médico no diga lo contrario por alguna condición previa o situación específica, es un gran aliado para hacer que nos sintamos mejor y en forma.

Participa en grupos de pacientes o acude a terapia (si lo necesitas)

Hemos hablado anteriormente del impacto psicológico que el diagnóstico del Alzheimer puede suponer. Afortunadamente, existen diversas opciones que pueden ser de gran utilidad en este sentido, como los grupos de pacientes, o el acudir a profesionales de la salud mental, que pueden ayudarnos a aprender a gestionar las diferentes emociones que podemos experimentar durante todo el proceso.

Las asociaciones de pacientes (puedes buscar tu asociación más cercana en nuestro mapa de asociaciones, son una herramienta útil de cara a obtener apoyo e información muy útil, y muchas de ellas ofrecen acompañamiento psicológico tanto al paciente, como a la persona cuidadora.

Conoce la enfermedad

La información empodera al paciente, y conocer la enfermedad de Alzheimer puede ayudarnos a saber qué esperar, y cómo afrontar las diferentes etapas por las que podemos pasar. Esto tiene mucha relación con los puntos anteriores, ya que cuanta más información obtengamos, mejor podremos planificar y más recursos tendremos para poder organizarnos.

Puedes consultar con tu médico, o en las asociaciones de pacientes y familiares, o en webs que dispongan de información fiable y relevante, sobre aquellos aspectos que quieras conocer o ampliar.

Trabaja la estimulación cognitiva

Los ejercicios de estimulación cognitiva son útiles para ralentizar el avance del deterioro cognitivo, que es uno de los principales y más graves síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Este tipo de ejercicios se pueden adaptar a las diferentes fases de la enfermedad, y pueden ayudar a mantener la independencia del paciente en un futuro, mejorando significativamente su calidad de vida y la de su entorno.

En nuestra sección de materiales descargables disponemos de algunos cuadernos con ejercicios de diferente nivel para que puedas trabajar la estimulación cognitiva, y también puedes consultar con tu médico o en tu asociación más cercana si disponen de otras fuentes o ejercicios para realizar.

Las primeras fases del Alzheimer son un momento importante. Suponen un gran reto en cuanto a paciencia, adaptabilidad, y comprensión de cambios que se irán experimentando, y que conviene conocer y estar cuanto más preparados mejor.

Contar con la información necesaria, y con el apoyo tanto de nuestro entorno como de las diferentes instituciones y asociaciones, puede marcar la diferencia en cuanto a la planificación y experiencia que podamos tener durante esta primera fase.