El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa cuyo origen está relacionado con la acumulación de proteínas (beta amiloide y proteína tau) en determinadas zonas del cerebro, que terminan por dañar a las neuronas, causando un deterioro cognitivo que puede llevar a tener dificultades en el habla o la memoria, entro otros síntomas que se van agravando a medida que avanza.

La alimentación es un pilar fundamental si queremos llevar un estilo de vida saludable independientemente de nuestra condición, y cada vez más investigaciones apuntan a su relación con la prevención, el desarrollo o el empeoramiento de algunas patologías.

Dentro de todas las posibilidades que tenemos a la hora de escoger nuestra alimentación, hay consenso en que una dieta saludable debe ser variada e incluir frutas, verduras, legumbres, grasas saludables, granos integrales y proteína magra, entre otras indicaciones.

Sin embargo, parte de los productos que podemos consumir, y que encontramos en multitud de supermercados o tiendas de alimentación, no son especialmente saludables por los ingredientes que llevan, por su proporción, o por ciertos aditivos como el azúcar añadido.

¿Qué son los ultraprocesados y por qué no son saludables?

El concepto de alimento ultra-procesado aparece a finales de la primera década de los años 2000. Existen ciertas diferencias en cuanto a qué es un alimento ultraprocesado, de acuerdo a los diferentes sistemas de clasificación de alimentos como pueden ser el NOVA, el SIGA o el IFIC, entre otros, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Según el sistema NOVA, un ultraprocesado se elabora a partir de ingredientes procesados y no frescos o que puedan identificarse en su presentación final, pero no tiene demasiado en cuenta la composición en nutrientes. El sistema SIGA, por el contrario, hace referencia a la extensión del procesamiento más que en los ingredientes o aditivos que se añaden al producto.

Lo que sí que podemos extraer de todas las definiciones, aunque sea necesario investigar más sobre ello para poder establecer una definición más clara, es que los alimentos ultraprocesados son productos que se han sometido a procesos industriales y a los que se les ha añadido diferentes ingredientes artificiales, para poder modificar su sabor, textura, o composición, así como su duración. Comúnmente se relacionan con el exceso de azúcares añadidos o grasas poco saludables, y por tener un valor nutricional de poca calidad y estar compuestos por una gran cantidad de ingredientes y aditivos de varios tipos.

Cuando hablamos de alimentos ultraprocesados, rápidamente se nos viene a la cabeza la bollería industrial, los snacks salados o dulces, algunos alimentos congelados, precocinados, y productos de este tipo.

De acuerdo a esta revisión, los productos que reciben esta consideración, están diseñados para ser fácilmente masticables y así no ser tan saciantes como otros alimentos, lo que podría llevar a un mayor consumo. En esta misma revisión, se repasan diversos estudios que sugieren que el consumo de este tipo de alimentos ultraprocesados, incrementa el riesgo de mortalidad y enfermedades crónicas no transmitibles, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer, hipertensión, y obesidad y/o sobrepeso, aunque es necesaria más evidencia científica.

Ultraprocesados y Alzheimer

Una vez conocemos qué son los alimentos ultraprocesados, y qué efectos pueden tener para nuestra salud, ¿qué relación tienen con el Alzheimer? Aunque sigue siendo necesaria más evidencia científica, un estudio reciente puso de manifiesto la relación entre el consumo de este tipo de alimentos y el deterioro cognitivo característico de enfermedades como el Alzheimer.

Según este estudio, publicado en la revista JAMA Neurology en diciembre de 2022, el consumo habitual o un consumo elevado de productos ultraprocesados (alrededor del 28% del total de calorías), estaría relacionado con el aumento del riesgo de padecer demencia.

No es el único estudio que apunta a la relación entre este tipo de productos y el riesgo de demencia. Este otro estudio, de julio de 2022 y publicado en la revista Neurology, también concluye con un mayor riesgo de demencia en personas cuyo consumo de ultraprocesados era mayor al de las personas con un consumo inferior.

Este aumento del riesgo podría deberse a que la ingesta de ultraprocesados (ricos en grasas y azúcares), podría causar inflamación en el cerebro, la cual tiene relación con el Alzheimer.

Una alimentación saludable nos puede ayudar a prevenir ciertas complicaciones, o a no agravar otras que podamos padecer. Existen profesionales que pueden ayudarnos a elaborar una dieta que se ajuste a nuestras necesidades, sean cuales sean, y a los que conviene consultar en caso de duda.

La alimentación en personas con Alzheimer es también un aspecto importante, no solo por la dieta, sino por las dificultades que pueden surgir cuanto más avanza la enfermedad. En Konexion Alzheimer encontraréis información y recomendaciones sobre alimentación, y sobre otros temas complementarios que os pueden resultar de utilidad.