Y aquella que espera en la oscuridad no es otra que la enfermedad de Alzheimer, que avanza dentro de cerebro de una vieja actriz arrebatándole el orden y el sentido a sus pensamientos y recuerdos. Debido a su profesión, la protagonista de la historia ha encarnado a cientos de personajes durante su carrera. Ahora, una amalgama de memoria y tiempo ocupa el lugar que antaño estuvo reservado a los largos guiones y discursos de sus interpretaciones.

La relación madre-hijo entre Stella y Noel no es convencional, nada convencional. Esto es debido a que ambos sufren alteraciones en la memoria pero de naturalezas muy distintas. Stella tiene Alzheimer, y aunque es capaz de recordar con nitidez detalles de su infancia, se le olvidan los hechos más recientes de su día a día. Su hijo, en cambio, es un sinestésico hipermnésico, su memoria es tan exacta y visual, que incluso una frase sencilla le sumerge en un estado de aturdimiento que le impide relacionarse con el mundo como lo hacen la mayoría de las personas.

A través de los ojos de un niño, esta novela profundiza en los miedos y preocupaciones que afectan a todas las personas que conviven, de una forma u otra con la enfermedad de Alzheimer. La transmisión de recuerdos, cómo se fabrican y se pierden, son los temas sobre los que se desarrolla la trama. Los silencios, las palabras en ocasiones vacías y en otras ocasiones incomprensibles y la historia de un árbol de hojas que apuntan al suelo, conducen a Jan, el niño protagonista de la novela, hacia un camino de aprendizaje, descubrimientos y superación.

El popular autor de Cartas para Claudia y Cuentos para pensar, nos habla en esta ocasión del duelo y la superación de la pérdida de un ser querido. Un sendero que es para el propio autor “el más duro de los caminos”, pero que a su vez es una prueba por la que la mayoría de las personas deberá pasar algún día, y que sigue representando un tabú en demasiados ámbitos de la vida.

Soledad es el nada casual nombre de la protagonista de esta novela. Tras una vida poco convencional marcada por los desengaños y por las pérdidas en su entorno más directo. Mientras se dedica con gran esfuerzo a preservar los recuerdos de un paciente con Alzheimer, la protagonista irá descifrando los misterios que rodean el caso. Y a través de los recuerdos y los pensamientos y reflexiones en ocasiones inconexas y aparentemente irrelevantes del paciente, Soledad tendrá que enfrentarse a sus propios miedos.