Se conoce como afasia los problemas relacionados con el lenguaje derivados de daños en ciertas regiones del cerebro. En el caso del Alzheimer, la afasia suele manifestarse paulatinamente, pero puede ocurrir de repente si es provocada por un traumatismo craneoencefálico (TCE) o un ictus. Aunque la principal afectación de la afasia es la dificultad para hablar o entender lo que dicen los demás, la afasia también puede afectar a la lectura y la escritura.

La afasia puede darse en personas de cualquier edad, aunque lo más habitual es que ocurra en personas de mediana edad o más mayores.

Tipos de afasia

Existen distintos tipos de afasia, que se engloban en dos grandes grupos: fluentes y no fluentes. Entre las más comunes encontramos la afasia de Wernicke y la afasia de Broca, que veremos a continuación:

Afasia Global:

Es el tipo de afasia que presenta los trastornos del lenguaje más graves, debido al daño en grandes porciones del cerebro relacionadas con el lenguaje. Hay una gran dificultad en hablar, llegando incluso a no poder decir apenas nada, e incluso pueden experimentar problemas para entender palabras y oraciones sencillas.

Afasia de Wernicke:

Este tipo de afasia se engloba entre las llamadas afasias fluentes. Se produce por un daño en el lóbulo temporal del cerebro, y se caracteriza porque las personas que la sufren, suelen usar oraciones largas sin sentido. Generalmente, las personas con afasia de Wernicke no son conscientes de sus errores.

Afasia de Broca:

Es un tipo de afasia no fluente, y la zona afectada del cerebro es en este caso el lóbulo frontal. Las personas afectadas suelen hablar con frases muy cortas que les suponen un gran esfuerzo y son conscientes de su discapacidad.

Otras afasias:

Dependiendo de la zona del cerebro afectada, la afasia se puede manifestar de distintas formas. En algunas, como la afasia anómica, la persona afectada tiene dificultades para nombrar objetos o lugares aun sabiendo muy bien de qué se trata.

La afasia en Alzheimer

En la enfermedad de Alzheimer y también en otras demencias, tanto la expresión como la comprensión del lenguaje se ven alteradas progresivamente.

En las primeras fases de la enfermedad, la persona con Alzheimer puede tener dificultades para encontrar la palabra adecuada. A medida que la enfermedad evoluciona, estos problemas se acentúan, y la persona empieza a usar palabras sencillas para sustituir las que no le salen (parafasias) o se inventa términos inexistentes (neologismo).

En las fases más avanzadas, la afasia es evidente, y la persona con Alzheimer tendrá grandes dificultades para articular palabras.

La importancia del lenguaje no verbal

Aunque con la progresión de la enfermedad de Alzheimer la persona diagnosticada perderá progresivamente la capacidad de hablar y de comprender las palabras, la interpretación del lenguaje no verbal no se deteriora del mismo modo.

Una persona con Alzheimer en fase moderada, interpretará mejor aspectos como el tono de voz, los gestos o las expresiones faciales que las propias palabras. Trata de potenciar el lenguaje no verbal para comunicarte con ella.

A menudo, las personas con Alzheimer tienen dificultades para transmitir su feedback. Es decir, puede ser que comprenda el mensaje que le quieres transmitir (ya sea por las palabras o por los gestos), pero que sea incapaz de mostrar una reacción que te demuestre que ha recibido la información. Por este motivo, es muy importante no hablar de la persona con Alzheimer sobre temas que la afecten directamente, como si esta no estuviera presente.

¿Qué puedo hacer para reducir el desarrollo de la afasia?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, con lo cual la afasia y los otros signos y síntomas de la enfermedad irán en aumento progresivamente. Aun siendo un proceso irreversible, podemos ralentizarlo mediante técnicas de estimulación cognitiva y ejercitando la comunicación.

Algunos de los consejos para tratar de minimizar la afasia son los siguientes:

• Hablar con la persona con Alzheimer de forma clara, vocalizando y sin usar palabras excesivamente complejas, pero sin caer en la excesiva simplicidad.
• Repetir las palabras importantes para facilitar su comprensión.
• Dar tiempo a la persona con Alzheimer para desarrollar su respuesta.
• Ayudarte del lenguaje corporal para mostrarle que le estamos comprendiendo, o animarle a que siga intentándolo.
• Incluirlo en las conversaciones.
• Acudir a grupos de apoyo organizados por las AFAs u otras entidades.
• Evitar corregirle de forma sistemática, esto podría provocar que la persona se niegue a hablar.

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Es importante tener en cuenta cómo se sienten las personas con Alzheimer para evitar que se aíslen más de su entorno. El aislamiento y la falta de interacción social provocan una más rápida progresión de la enfermedad. Recuerda que a través de nuestro mapa de asociaciones, podrás ponerte en contacto con personas con experiencia que podrán ayudarte.