27/04/2023
Consejos para cuidadores no profesionales de personas con Alzheimer
Consejos para familiares y cuidadores
Las personas con Alzheimer, a medida que avanza la enfermedad y se agravan sus síntomas, pueden necesitar supervisión y ayuda para realizar algunas tareas. En fases muy avanzadas de la enfermedad son completamente dependientes, por lo que el cuidador se convierte en una figura imprescindible.
La responsabilidad y el esfuerzo de una persona cuidadora es algo a tener muy en cuenta, así como sus sentimientos y su estado anímico para poder llevar a cabo un trabajo que puede suponer un gran desgaste físico y mental, y que puede ser muy complejo.
En Konexion Alzheimer valoramos mucho la figura del cuidador, y hemos hablado anteriormente sobre conceptos como el estrés emocional, o los riesgos a los que se expone el cuidador a nivel físico, psicológico e incluso socioeconómico.
Por eso, queremos recopilar una serie de consejos que creemos que pueden ser de utilidad para las personas cuidadoras, y que esperamos que puedan aplicarlos en su día a día.
Aprende lo que puedas sobre la enfermedad
Conocer la enfermedad puede marcar la diferencia, tanto para saber qué podemos esperar en algunos casos (por impredecible que a veces puedan ser algunas situaciones), como para preparar algunos escenarios que pueden ocurrir. La información es poder, y todo lo que ayude a planificar, puede marcar la diferencia.
Conocer los síntomas, cuál puede ser la siguiente etapa, descubrir nuevas formas de hacer algo que ha dejado de funcionar… Tanto los profesionales médicos como la experiencia de otras personas en nuestra situación pueden ayudar.
Planifica, pero prepárate para los imprevistos
Las rutinas son de gran utilidad para las personas con Alzheimer. Les ayudan a reducir el estrés y la ansiedad cuando mantenemos horarios y actividades programadas y también les ayuda a recordar con más facilidad qué hay que hacer y con qué elementos.
Esto también permitirá que sean más o menos autónomos, siempre dependiendo del estado en el que se encuentre la enfermedad.
Respecto a la persona cuidadora, planificar con cierta antelación los horarios de las comidas, de irse a dormir, o del momento del aseo, también le otorga mayor autonomía y control de ciertas situaciones.
Hay que tener en cuenta que a medida que avance la enfermedad, no siempre saldrá todo como lo hayamos planeado debido al deterioro físico y cognitivo de la persona con Alzheimer, por lo que los imprevistos pueden ocurrir y hemos de estar preparados para ello.
Sé paciente y comprensivo
Relacionado con el punto anterior, la paciencia y la comprensión son herramientas poderosas que debemos tener siempre a mano. Los cambios de humor, las dificultades a la hora de realizar tareas cotidianas, o determinadas situaciones que escapan a nuestro control, no son fáciles de llevar, pero hemos de tener en cuenta que tarde o temprano ocurrirán.
Es importante recordar que muchas reacciones y/o acciones que lleve a cabo la persona con Alzheimer son culpa de la enfermedad, y descargar nuestra ira o nuestra frustración con ella no solucionará absolutamente nada.
Somos conscientes de que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero ser pacientes y comprensivos son cualidades que un buen cuidador debe tener en mayor o menos medida para que su tarea sea más llevadera.
Adapta el entorno a vuestras necesidades
La prioridad, siempre, es el bienestar de la persona con Alzheimer. Habilitar un entorno donde encuentre ciertas facilidades para poder mantener su autonomía es esencial, del mismo modo que no poner trabas innecesarias que puedan causar problemas.
Para la persona cuidadora, el orden y tener a mano todo lo necesario (documentación, información sobre la medicación, teléfonos de contacto médico o emergencias, etc.) puede ser de ayuda en ciertas situaciones donde el tiempo sea fundamental, o para evitar perderlo buscando algo que necesitemos, generando estrés o malestar.
Por supuesto, la seguridad en ciertas zonas de la casa como el baño, el dormitorio o la cocina, son aspectos a tener muy en cuenta también.
Comunícate, siempre
En etapas menos avanzadas, la persona con Alzheimer puede presentar algunas dificultades para recordar palabras o para construir frases más o menos complejas, por lo que el reto no será tan grande como en fases más avanzadas.
Sin embargo, cuanto más grave sea la enfermedad, más difícil puede ser comunicarse con la persona con Alzheimer, pero no por ello debemos dejar de hacerlo o de intentarlo. Simplificar las preguntas, apoyarse en la comunicación no verbal para mostrar sentimientos (caricias, gestos, u otro tipo de herramientas según la cercanía que tengamos con ella), o no corregir en exceso para evitar que se sienta mal por intentarlo y no conseguirlo, pueden ser herramientas útiles.
Evita la sobrecarga, pide ayuda
No podemos con todo, es inevitable. E intentar cargar con toda la responsabilidad puede derivar en un estrés y una sobrecarga emocional que nos lleve a procurar peores cuidados, y hacernos daño a nosotros mismos.
Siempre y cuando sea posible, pide ayuda. Descansa, relájate, y no hagas de los cuidados el único elemento de tu vida. Es importante cuidarse a uno mismo para poder cuidar bien a los demás, y que eso no genere culpabilidad o nos lleve a descuidarnos.
Buscar ayuda para realizar algunas tareas que sean más difíciles, o compartir los cuidados en fechas señaladas si se trata de un familiar, también nos ayudará a despejar nuestra mente y mantener una buena salud mental y emocional.
Apóyate en los recursos que tengas al alcance
Guías, aplicaciones móviles que nos ayuden con algunas tareas o nos recuerden temas referentes a la medicación o a calendarizar eventos, ejercicios de estimulación cognitiva, etc. Son muchos los tipos de recursos que podemos utilizar para que nos sirvan de apoyo, para ampliar conocimiento, o para poder evadirnos un rato.
Las asociaciones de pacientes también pueden proporcionarnos el soporte y la ayuda necesaria en algunas ocasiones. En nuestro mapa de asociaciones encontrarás la que tengas más cerca en tu comunidad. Cualquier ayuda es útil.
Estos son solo algunos consejos que pueden ser de utilidad para cuidadores no profesionales (y profesionales también), con el objetivo de hacer que su tarea pueda ser un poco más sencilla. El esfuerzo y la dedicación que requieren los cuidados son, sin duda, muy grandes, y cualquier pequeño detalle o acción que sea de ayuda ha de ser tenido en cuenta.
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