Obtener un diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer no es sencillo, existen distintas barreras que lo complican. La primera de ellas es identificar y aceptar que existe un problema para acudir a un especialista. Posteriormente, ya en el ámbito hospitalario y a través de un examen médico completo que incluye distintas pruebas para descartar otras posibilidades, se podrá diagnosticar la enfermedad.
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, suele provocar entre los familiares cercanos y personas del entorno una mezcla de sentimientos contradictorios. Por un lado, supone un alivio, ya que, una vez obtenido el diagnóstico, se pueden tomar medidas acertadas y planificar mejor los próximos años. Por otro lado, el miedo y la incertidumbre se acentúan, ya que por el momento, la enfermedad de Azheimer no tiene cura.
Si te encuentras en esta situación, te recomendamos que leas los artículos Aceptar la enfermedad de Alzheimer y Gestionar las emociones para convivir con el Alzheimer.
Identificar el problema, el primer paso
Las personas que se encuentran en la fase predemencia, empiezan a experimentar un deterioro cognitivo leve. Esto implica que la persona o su entorno perciben ciertas dificultades cognitivas relacionadas con la memoria, la forma de expresarse de la persona, su capacidad para reconocer objetos u organizar sus pensamientos. Es frecuente que el primero en darse cuenta de estas dificultades sea la propia persona, pero raramente lo transmite a sus seres queridos.
Es muy importante visitar cuanto antes a un especialista. Si se obtiene un diagnóstico precoz y se empieza pronto con el tratamiento farmacológico y a aplicar técnicas de estimulación cognitiva, se puede ralentizar en gran medida el avance de la enfermedad. Si tienes a tu cargo a una persona mayor o convives con ella y observas varias señales de alerta, valora seriamente visitar a un especialista.
¿Qué pruebas hará el médico?
En primer lugar, el médico revisará el historial clínico de la persona con dificultades cognitivas. También hará un examen médico completo, que debería incluir análisis de sangre, una tomografía computarizada (TC o TAC), una resonancia magnética nuclear (RMN) o una tomografía por emisión de positrones (PET) de la cabeza.
Además de estas pruebas necesarias para descartar otras posibles causas de demencia, el neurólogo o geriatra evaluará, mediante una serie de preguntas estandarizadas y en base a su experiencia, los siguientes aspectos:
- Si existe un deterioro de la memoria y la capacidad de razonamiento. Cuando sea el caso, tratará de determinar el grado de deterioro.
- Si se presentan cambios de conducta o de personalidad.
- La diversidad de síntomas.
- Posibles causas que pueden empeorar los síntomas.
Una de las pruebas de cribado más utilizadas, es el test Mini-Mental, que se utiliza para evaluar los síntomas compatibles con la demencia o el deterioro cognitivo.
El rol del acompañante en las primeras visitas con el especialista también es muy importante. El acompañante ha de estar al corriente de la situación actual, y si es posible, ser una persona muy cercana a la persona con problemas cognitivos, para complementar la información que requiera el médico.
Descartar otras enfermedades
Actualmente, no hay una prueba única que permita obtener un diagnóstico de Alzheimer. Por lo tanto, el proceso se basa en la evaluación de los síntomas y su evolución (anamnesis), y en descartar otras posibles causas mediante las pruebas de neuroimagen.
Otras pruebas para el diagnóstico del Alzheimer
En el caso de Alzheimer precoz o con antecedentes familiares, se puede realizar un estudio genético para tratar de determinar si existe un riesgo real de padecer Alzheimer hereditario. Aunque como vimos en el artículo Factores de riesgo del Alzheimer precoz, los factores ambientales y de estilo de vida tienen un mayor peso en el desarrollo de la enfermedad que los factores genéticos.
Otra prueba que puede ser clave para el diagnóstico es el análisis del líquido cefalorraquídeo. Mediante una punción lumbar, se puede extraer este líquido para analizar los niveles de proteínas tau y beta amiloide, cuyos depósitos en el cerebro causan la enfermedad de Alzheimer.
Para terminar, te queremos recordar que en la sección INVESTIGACIÓN de nuestro blog, actualizamos periódicamente las últimas noticias que aportan esperanza a todas las personas que, directa o indirectamente, están afectadas por el Alzheimer.
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