Gestionar el tiempo del que disponemos en un tiempo determinado, ya sea en un día o en una semana, por ejemplo, es algo que no todo el mundo es capa de hacer y que no siempre es fácil. Existen multitud de factores que pueden contribuir a que una buena planificación del tiempo no funcione, o simplemente que nos impidan ser capaces de realizar planificación alguna.

Sin embargo, es importante que, como mínimo, intentemos realizar algún tipo de planning diario si tenemos tareas habituales, o si nos dedicamos o colaboramos en los cuidados de una persona con Alzheimer. Las rutinas son positivas y ayudan a que conserve su autonomía e independencia durante más tiempo, y a que sepa qué esperar en determinados momentos, evitando situaciones de confusión o agitación.

En este artículo nos gustaría hablar sobre cómo gestionar el tiempo en caso de que participemos o seamos el cuidador principal de una persona con Alzheimer.

Gestión del tiempo en personas con Alzheimer

Desarrollar estrategias para la gestión del tiempo, y lo más importante, ser capaz de implementarlas de forma más o menos exitosa, a veces es más fácil decirlo que hacerlo. Con frecuencia pueden ocurrir imprevistos que puedan afectar a aquello que estemos haciendo o a punto de hacer, y ante todo conviene recordar que este tipo de situaciones pueden ocurrir, y que es igualmente importante aprender a tolerar la frustración y el enfado que esto puede causar.

Un planning o calendario de tareas no es más que una ayuda para organizarnos mejor, pero si colaboramos o somos los cuidadores principales de una persona con Alzheimer, hemos de estar abiertos a que cualquier planificación pueda ser modificada sobre la marcha. Como siempre recordamos, lo principal es mejorar su calidad de vida y el bienestar siempre que sea posible.

A continuación, veremos algunas recomendaciones generales para poder gestionar mejor nuestro tiempo:

• Establece rutinas: La rutina proporciona estructura y predictibilidad, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y la confusión. Intenta establecer horarios regulares para levantarse cada mañana, comer, tomar la medicación, realizar actividades, ducharse y acostarse.
• Simplifica las actividades: Opta por actividades simples y familiares que sean apropiadas para el nivel de habilidad y capacidad de la persona con Alzheimer. Evita tareas complejas que puedan causar frustración o confusión, ya que además esto podrá suponer un contratiempo no previsto para el resto de actividades siguientes.
• Proporciona ayuda y supervisión: Ofrece asistencia y supervisión según sea necesario, pero también fomenta la independencia siempre que sea posible. Divide las tareas en pasos simples y brinda instrucciones claras y concretas.
• Prioriza la seguridad: Mantén un entorno seguro eliminando obstáculos y peligros potenciales, como cables sueltos, escaleras sin barandillas o productos químicos peligrosos. Considera instalar cerraduras de seguridad en puertas y ventanas si es necesario para evitar la deambulación por entornos fuera del hogar.
• Utiliza ayudas visuales: Emplea ayudas visuales, como relojes con grandes números, calendarios con eventos marcados y listas de tareas, para ayudar a la persona con Alzheimer a orientarse en el tiempo y recordar las actividades programadas. Cualquier elemento que permita facilitar la tarea, o recordarla, o simplemente controlar su duración, es útil.
• Fomenta la participación en actividades significativas: Involucra a la persona en actividades que le resulten placenteras y significativas, como paseos por el vecindario, escuchar su música favorita, hacer manualidades simples o participar en juegos de mesa adaptados. Si disfruta de la experiencia, es más probable que esté dispuesto a realizarla y es menos probable que haya contratiempos por estar disgustado o agitado.
• Sé flexible y paciente: Reconoce que puede llevar más tiempo completar las tareas y actividades, y sé paciente con la persona con Alzheimer. Evita apresurar o presionar, y ofrece apoyo y aliento en lugar de críticas. Siempre será mejor posponer una tarea o una actividad, que generar tensión o malestar.
• Cuida de ti mismo: El cuidado de una persona con Alzheimer puede ser agotador, así que no olvides cuidar de ti mismo. Tómate descansos cuando los necesites, busca apoyo en familiares, amigos o grupos de apoyo, y considera la posibilidad de solicitar ayuda profesional si es necesario. Para poder proporcionar buenos cuidados, hay que empezar por uno mismo.
• Apóyate en la tecnología: Hay elementos que pueden ser de utilidad, a través de los cuales podemos llevar a cabo algunas tareas, o que sirvan de apoyo. Programar alertas o avisos en ciertos dispositivos inteligentes, apps para móviles o tablets, tanto para el paciente como para el cuidador, etc.

Cada persona con Alzheimer, y cada situación, son diferentes, y no existe un enfoque único a la hora de gestionar cada caso. Consultar con un profesional médico puede ayudarnos a aprender técnicas para mejorar la gestión del tiempo y las actividades diarias de una persona con Alzheimer. A través de las propias experiencias individuales, y de la ayuda de un profesional de la salud, es más fácil crear planificaciones adaptadas a cada caso.